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El atleta boliviano Héctor Garibay se ha tomado muy enserio y con toda la responsabilidad del caso su participación en los Juegos Olímpicos de París, Francia, que se llevarán a cabo del 26 de julio al 11 de agosto de 2024.

El fondista orureño competirá en la maratón y con el objetivo de lograr el mejor resultado posible, con buen tiempo de anticipación, comenzó a planificar du asistencia a los juegos.

Es así que el jueves partió con destino a París, para realizar un reconocimiento al terreno y ver cómo andará su aclimatación en los diez días que permanecerá en la capital francesa.

El deportista salió de Oruro a La Paz, luego a Santa Cruz de donde tomó otro vuelo a Madrid (España), donde hizo escala para su destino final que fue la capital francesa.

“Voy a Paris a hacer un reconocimiento, allá hay entrenadores que me ayudarán y que me estaban hablando de un equipo de atletismo. Este viaje estaba planificado hace tiempo, con mi objetivo definido (París 2024), ya me estaba preparando con bastante tiempo”, dijo Garibay antes de emprender viaje a Europa.

El atleta, de 35 años, logró su clasificación para los Juegos Olímpicos de París en una competencia realizada este año en Sevilla, España, donde hizo un tiempo de 2h07’44”.

Luego, hace menos de un mes, el 27 de agosto, Garibay se impuso en el Maratón de Ciudad de México, donde paró el cronómetro en 2h08’23”, que además significó el récord en esa carrera.

“Este viaje es importante, porque volviendo de Paris cambiará mi forma de entrenar, de acuerdo al clima y al recorrido, haré mi planificación de entrenamiento para las siguientes semanas y meses”, añadió.

La mala noticia para Bolivia es que el deportista tomó la decisión de no participar en los Juegos Panamericanos, que se realizarán en Santiago de Chile, del 20 de octubre al 5 de noviembre del año en curso, pues quiere centrar su preparación en los Juegos Olímpicos, en los que Bolivia nunca logró una medalla.

“Para una maratón mi preparación tiene una duración de cinco meses y el tiempo ahora es corto”, explicó Garibay.

El Deber