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Covid-19: Dejó un alto costo de 21.474 muertos, lenta reacción del Estado y lecciones aprendidas

Desde que apareció los dos primeros casos de la Covid-19 hace dos años, el país todavía enfrenta la pandemia.

hace 1 año(s)

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La pandemia de la Covid-19 en estos dos años desde que se reportó los dos primeros casos ha dejado un alto costo en vidas humanas, 21.474 muertos, frente a una reacción lenta del Estado y muchas lecciones aprendidas, sostiene Javier Bellot, fundador de la Plataforma Cochabamba sin virus.

“El costo de la pandemia ha sido alto”, afirma el también pas presidente de la Federación de Empresarios Privados de Cochabamba, quien creó la plataforma cuando se advertía que el Estado tenía una reacción “demasiado lenta” para enfrentar la crisis sanitaria el 2020 hacia adelante.

Desde los primeros dos casos de mujeres que llegaron del exterior y dieron positivo al virus, se propagó el miedo e incertidumbre en el país como en el resto del mundo. A la fecha los datos en Bolivia dan cuenta de 896.744 casos de contagio y la cifra fatal de 21.474 muertos.

Para Bellot, estos datos y este tiempo de la pandemia ha sido “beneficioso” por las “lecciones aprendidas” que ha dejado, pero también por el “dolor” de mucha gente que perdió a sus seres queridos y otros que aún enfrentan las consecuencias.

Explica que el beneficio de la pandemia ha puesto en evidencia de que el país debe trabajar en estrategias de “prevención temprana” en este tipo de circunstancias, más aún cuando el cambio climático está mandando indicadores de amenazas de nuevos brotes.

En un escenario de esta naturaleza ha quedado en evidencia que el “Estado es demasiado lento en sus respuestas”, es decir que no tiene la capacidad de reacción a estas eventualidades. Manifestó que en el futuro debe existir un trabajo articulado entre sociedad civil e instituciones estatales para un “manejo más eficiente” de las crisis.

En su evaluación, la investigación ha sido deficiente, por lo que considera que es necesario tener una “visión de investigación permanente”, que además se involucren las instituciones académicas para coadyuvar en la solución de los problemas, lo que no existió durante estos dos años.



Por otra parte, dijo que se ha detectado como una “debilidad muy grande” que la bioestadística ha sido “muy deficiente”, atribuye esta deficiencia a la falta de información generada por el propio Estado, explicó que esto dificultó la generación de estrategias para responder a la pandemia.

“Se han limitado a mostrarnos cifras de lo mal que estábamos. Decir, cuántos muertos, cuántos contagiados por día, recuperados, ¿de qué sirve esa información?, cuando en realidad debíamos conocer cuántos entraban a las UTIs, y de los internados cuál era la incidencia o características”, cuestionó Bellot.

Los datos hubieran sido útiles y aún lo son para desarrollar estrategias que permitan responder a los problemas emergentes. Incluso para definir estrategias locales de protección, por ejemplo, a partir de guías para la población que ha sido otra deficiencia.

Según el miembro de la Plataforma Cochabamba sin virus “urge diseñar políticas públicas de prevención, porque no podemos ser reactivos, porque ya vimos los altos costos de ser reactivos, que significa 21.000 fallecidos, y los altos costos que le significa al Estado tener una cantidad muy grande de personas en las unidades de terapia intensiva, y las cuarentenas cerradas que ha destruido las bases esenciales de la economía”.

Observó el manejo de la crisis en 2020 porque el Gobierno central priorizó la compra de respiradores, así como la gestión del problema a nivel municipal y departamental en Cochabamba. Es decir, que se asumieron medidas que no eran las más adecuadas.

“Pero el peor daño que nos han hecho es conjugar la política con algo de interés nacional y esencial que era la salud, y esto demuestra la mezquindad de la clase política con la sociedad”, cuestionó Bellot.

En lo inmediato y ante la posibilidad de una quinta ola de la pandemia, manifestó que “No se puede aflojar las medidas de bioseguridad como el uso del barbijo”. Asimismo, recomendó desarrollar un plan nacional de verificación de los niveles de vitamina D en la población e incorporar en los protocolos que se incorpore la cuantificación de la vitamina D.

El país y como en el resto del mundo para contener el virus ha recurrido a la inmunización de su población. De acuerdo al reporte del Ministerio de Salud (10.03.2022) se aplicaron un total de 12.777.499. La primera dosis 5.991.409, la segunda dosis 4.687.339, la tercera dosis se aplicó a 1.103.709 personas, la dosis única a 994.961. 


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