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E Entrevista

Hubo al menos 6.800 perseguidos por las dictaduras

La Comisión de la Verdad concluye sus funciones; presentará un informe de 11 tomos.

hace 3 año(s)

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Fernando Rodríguez es quien estuvo al frente de la Secretaría Técnica de la Comisión de la Verdad, la que, según dispuso el gobierno de Evo Morales, debió concluir su vigencia el viernes 20 de diciembre, anteayer. Si bien al crearse la comisión se tenía previsto hasta dos años y medio de trabajo, hubo muchas dificultades que afectaron sus tiempos, refiere el secretario Rodríguez. Creada por la Ley 879 del 21 de diciembre de 2016, los comisionados son nombrados recién en agosto de 2017; en octubre de ese año se lanza la convocatoria para conformar la Secretaría Técnica; en noviembre se le otorga presupuesto (a la Secretaría, pues los comisionados no perciben salario); y, tras equiparla, recién en enero-febrero de 2018 empieza con el trabajo técnico; “este es el punto concreto” de arranque del trabajo de la Comisión, dice Rodríguez. “Ahí entra el tema de la vigencia [hasta cuándo debía durar]; había en el gabinete anterior quienes decían que deberíamos haber concluido en diciembre del 18 (en los hechos, solo un año de labor); hubo una discusión y fruto de esto es que se logró ampliar su vigencia hasta el 20 de diciembre de 2019”; o sea, trabajo efectivo un año y 11 meses.

¿Y qué hallazgos hizo la Comisión? He aquí algunos importantes.

—¿Alcanzó el tiempo?, ¿para qué pudo alcanzar?

—La planificación estaba para agosto del próximo año, en ese marco estábamos trabajando, pero nos sorprendieron cuando dijeron que no, que solo hasta diciembre. Esa sorpresa nos cayó mal, pero ya teníamos un trabajo avanzado. Por ejemplo, una de las primeras cosas que hemos desarrollado es la compilación de fuentes; hemos investigado, ido a ver las fuentes que podían ser útiles para los objetivos de la Ley. Entramos a varias instituciones; nos han dado documentación, unas más rápido, otras más tarde, pero al final nos han dado.

—Documentos...

—Por ejemplo, el primero en darnos la información fue el Ministerio de Justicia, los expedientes que las víctimas de las dictaduras presentaron a la Comisión Nacional para el Resarcimiento Especial a Víctimas de Violencia Política (Conrevip) y a la Comisión Técnica de Calificación (Comteca). Yo te cuento cómo estaba ese material: en un baño, en cajones, así ataucado, sin ningún orden ni cuidado. En sentido archivístico, no se cumplía ningún requisito. Todo ese material nosotros lo hemos ordenado, seleccionado, clasificado; hemos dado un tratamiento archivístico; ese es un plus.

—¿Se refiere a esos 6.000 y tantos (6.177 archivos) que en mayo de 2018 les entregó Justicia y que ahora ustedes entregaron a la Asamblea Legislativa?

—Exactamente.



—Pero con este plus del tratamiento archivístico.

—Ya no son cajas de manzana que se nos ha entregado, sino que son cajas de biblioteca, que están en el marco de todas las reglas internacionales de la archivística. Eso hemos estado haciendo, y para que trabajen en eso, aquí ha circulado harta gente, entre estudiantes, y muchos de ellos eran pasantes, voluntarios, especialistas.

—Había ciertas fuentes duras, desde el principio se sabía...

—Había que hacer trabajo con el fondo de Cancillería, con lo poco que nos ha dado la Policía, casi nada; tocar las puertas de las Fuerzas Armadas para que nos abran, para darnos un documento. Si bien incluso había una orden presidencial, recién en mayo de este año nos han abierto lo que queríamos, porque hasta antes nos daban información muy general; pero hemos podido entrar al Departamento Segundo de Inteligencia; ese es un logro que ninguna Comisión de la Verdad ha conseguido, porque eso es entrar, digamos, al centro de inteligencia del Estado, y obviamente lo hemos hecho con toda la responsabilidad del caso.

—Claro, con el objetivo específico de la Comisión...

—Exacto. Además en el manejo de su documentación, en cómo nos han dado y cómo les hemos devuelto; obviamente, por norma, no hemos podido quedarnos con nada de esa documentación, porque son archivos propios de las Fuerzas Armadas; ni como Comisión puedo entrar y decir me lo llevo; para eso hemos hecho fotos, scaners de algunas piezas que nos interesaban.

—Pero, ¿han podido ver y trabajar libremente?

—Absolutamente. Y eso hay que reconocer. Nos han abierto la puerta, finalmente, para poder hacer un trabajo sin ninguna presión. Bueno, obviamente, la gente de inteligencia siempre está sacando fotos, eso es obvio, son gajes del oficio. Y eso no era para sentirse mal, el investigador sabía que estaba entrando a un sitio donde es así, por tanto tiene que acomodarse. Nos han dejado trabajar, de mayo a noviembre se ha podido trabajar en buenas condiciones; lo ideal hubiera sido hasta agosto.


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