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Implante coclear permitió a Hitomi Saavedra poder estudiar en la universidad

hace 5 año(s)

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Volver a nacer a los 14 años. Un implante coclear MED-EL cambió la vida de Hitomi Saavedra Harada, quien a los dos años había sido diagnosticada con pérdida auditiva total. Este dispositivo médico permitió a Hitomi culminar su bachillerato y formarse como diseñadora gráfica. Ahora, se ha propuesto estudiar fisioterapia.

“Me siento muy feliz por Hitomi. Cuando la conocimos, presentaba un retraso significativo en el lenguaje y muchos problemas de expresión verbal”, expresó Claudia Justiniano, su fonoaudióloga del Centro Salvador Gaviota. “El implante recibido, sumado a su dedicación y apoyo familiar, le han permitido integrarse a la sociedad y proponerse nuevos objetivos”, agregó la especialista.

Los primeros años de Hitomi fueron difíciles. Su abuela, Martha Agorte de Harada, quien cuidó de ella desde que nació, consultó diferentes médicos y especialistas en audición, que le recomendaron acudir al Centro Salvador Gaviota, donde le explicaron con precisión los problemas que tenía su nieta y le brindaron terapias que le ayudaron a desarrollar sus habilidades de comunicación.

La pérdida auditiva de Hitomi no fue un problema para ganarse el cariño de sus compañeros y profesores del colegio, que la guiaban en su formación. El esfuerzo de la joven estudiante tuvo su recompensa: sus tías realizaron un esfuerzo para que, en ese tiempo, la futura bachiller reciba un implante auditivo, culminando el bachillerato sin haber repetido ningún curso.

El dispositivo electrónico que recibió Hitomi es un implante coclear MED-EL y tiene la capacidad de sustituir el sentido de la audición. Está indicado para personas que padecen pérdida auditiva neurosensorial de severa y profunda. Consta de dos partes, un procesador de audio externo, situado cómodamente detrás de la oreja o por encima de ella, y un implante coclear interno, el cual se coloca subcutáneamente mediante cirugía.



‘Hola ¿me podés escuchar?’, fueron palabras de su abuela, lo primero que percibió Hitomi cuando se activó el implante coclear. “Me encanta el sonido del viento, de los pájaros, la música. El implante ahora me permite vivir de manera independiente”, explicó.

Ahora, trabaja en el Centro de Parálisis Cerebral como auxiliar de aula, ayudando a los niños que acuden para recibir atención médica. El nuevo desafío que se ha propuesto es formarse en la universidad como fisioterapeuta.

Por su parte, la fonoaudióloga Justiniano, destaca que uno de los problemas más frecuentes en los niños es la detección tardía de la pérdida auditiva, que provoca complicaciones en el desarrollo de habilidades para comunicarse y afecta la formación académica y social de los pequeños.

“La hipoacusia, como se denomina clínicamente, no solo afecta la calidad de vida de quien la padece, sino también a todo su entorno familiar. Muchas de estas limitaciones se pueden atenuar, mientras más temprano se detecte”, destacó.

Según la OMS, para los niños la audición es esencial para aprender a hablar, tener buenos resultados escolares y participar en la vida social, de ahí que la pérdida de audición suponga un obstáculo para la educación y la integración social. Por ello es muy beneficioso que la pérdida de audición se diagnostique en las fases tempranas de la vida y que se les ofrezcan las soluciones auditivas apropiadas.///


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