Percy Galván: “Debe haber 50 curas con pareja, eso no debe afectar a otros 650”
El padre Percy Galván se ordenó cuando tenía 24 años; hoy tiene 53 y es Obispo de la Prelatura de Coro Coro, cargo en el que sucede al Cardenal Toribio Porco Ticona. Grandote, con voz de trueno y risa contagiosa, responde sin evasivas: “Hay curas con pareja pero gracias a Dios son poquísimos.
En toda Bolivia hay 700 sacerdotes diocesanos y habrá de esos casos unos 50. Eso no debería afectar la imagen de los otros 650; pero lamentablemente es así”.
Cinco años han pasado desde que el padre Galván fue investido como Obispo de Coro Coro y cambió su residencia de los tibios valles chuquisaqueños al frío de Patacamaya. De su Prelatura dependen 25 sacerdotes diocesanos, quienes atienden a las parroquias de seis provincias del sur del departamento de La Paz.
Todos ellos estaban reunidos en la escuela Patacamaya Industrial, el pasado martes. Jóvenes y mayores, con ponchos de vicuña o chamarras, elaboraban el nuevo plan quinquenal de la Prelatura.
“Es un plan bellísimo; estamos impulsando la producción de las comunidades con un agregado ecológico, religioso y patriótico que va a beneficiar económicamente a las familias. Trabajamos también en asistencia en agua potable a las comunidades con la cooperación suiza. Además, apuntamos a la educación integral, creativa y analítica de los niños; pero claro... eso no es noticia”, apunta el obispo Percy.
Una de la características de la Prelatura de Coro Coro es que, además de un colegio, tuvo una gasolinera en Patacamaya .
Este colegio -la unidad educativa Patacamaya Industrial- fue creado por monseñor Jesús López de Lama, quien fue el obispo predecesor a monseñor Toribio. Es un colegio técnico modelo que forma técnicos en carpintería, en metalmecánica, en automotores, en electricidad y ahora también en computación. Paralelamente, los alumnos salen bachilleres en humanidades.
El colegio pertenece a la Prelatura de Coro Coro; tiene 550 alumnos y es de convenio: la infraestructura pertenece a la Prelatura y el Gobierno cubre los ítems. Los alumnos dan una pequeña cuota, con la que hemos mejorado especialmente la parte industrial con máquinas, sierras y computadoras.
También tenemos un comedor popular que hemos abierto para atender a estos niños que no pueden ir a sus casas o cuyos padres trabajan de 5:00 a 5:00. Actualmente atendemos a 80 niños que tienen almuerzo y más un acompañamiento, una nivelación en la parte académica.
La gasolinera fue de la Prelatura de Coro Coro también puesta por el obispo Jesús López de Lama, con el propósito de que esos ingresos apoyen al Colegio Industrial, que era también internado. Pero en los 90, Yacimientos le puso condiciones a la Prelatura: ‘si quiere seguir teniendo la gasolinera tiene que actualizarla’ y la Prelatura no tenía los recursos para actualizarla. Entonces Yacimientos compró esta gasolinera vieja que fue la primera de Patacamaya, cuando éste era un pueblo pequeño.
Cuando usted asumió como obispo, en 2013, ¿qué imagen tenía el pueblo de Patacamaya del padre Toribio, quien había estado en ese puesto por una década?
Muy buena. El padre Toribio es una persona muy austera, no tenía ni siquiera cocinera; su hermano y él comían en los hotelitos. Él tenía mucha cercanía con la gente; como hablaba aymara estaba muy cerca a la gente. Claro, él ya era una persona mayorcita y estaban esperando que venga el nuevo obispo, eso es normal.
Yo no he escuchado nunca un mal comentario sobre el obispo Ticona, jamás en la Prelatura de Coro Coro y he visitado las 28 parroquias. Él ha hecho cosas acá, era muy trabajador y sólo tenía un sacerdote para las 28 parroquias. Además él asumía otros compromisos más en la lucha por la democracia, por ejemplo.
Él ha estado encarcelado varias veces por la lucha contra las dictaduras junto a este gran sacerdote reconocido internacionalmente, el padre Tumiri. También como el padre Ticona era presidente de Caritas, colaboró al desarrollo social.
Hoy la gente es hija de la Participación Popular, pero los que estuvimos antes del 93 sabemos que la referencia era la Iglesia que tenía que ver con la salud, la educación y las obras sociales en todos los municipios de Bolivia. Después de la Participación Popular, cuando había recursos económicos, los municipios recién se hacen cargo de la salud, la educación y las obras sociales. Y nosotros, como Iglesia, sabiendo que ese era un servicio temporal, nos replegamos a cumplir nuestro trabajo de evangelización.
¿Cambiaría la imagen del padre Toribio con su investidura como Cardenal y las denuncias que siguieron al anuncio?
Al Cardenal lo aprecian acá; aunque lo ataquen por las redes sociales. Primero fue por cuestiones personales de tipo afectivo, que también fueron totalmente falsas. Nosotros vamos a retornar de Roma e iniciaremos un proceso a esas personas que han hecho esas denuncias, porque estas cosas se cobran la fama y deben ser sancionadas.
Y después salieron estos otros temas, pero ¿en qué condiciones? Por ejemplo, a veces a los sacerdotes se les da la responsabilidad de las propiedades familiares, eso es común.
A la Iglesia hay gente que nos aprecia y otra que no nos quiere ver ni pintados. Esta gente inventa, saca estas cosas que se escuchan. Aunque, claro, algo de verdad existe.
Es lícito que un sacerdote tenga propiedades, ¿verdad?
No es aconsejable y además no va con nosotros porque hemos hecho el compromiso de la pobreza. No es bueno tener bienes materiales; pero por cuestiones de herencia o a veces por problemas familiares, algún lote, alguna casa lleva el nombre tuyo, aunque el propietario real sea otra persona. Yo pienso que es una media verdad.
Tengo entendido de que esos terrenos (los que pide el Concejo Municipal de Llallagua para un colegio) pertenecen a otros, aunque en un momento figuraron a nombre de monseñor Toribio. Yo pienso que hay ahí una media verdad.
En el campo un terreno se puede comprar por 5.000 bolivianos. Me imagino que será como en mi pueblo San Lucas, allá el que más tiene llega a una media hectárea. Habrá costado un boliviano el metro cuadrado. Uno piensa en términos de la ciudad donde un terreno cuesta 100 mil dólares, no es así en el campo.
¿Cuál es la relación del Cardenal con los obispos?
Cada jurisdicción eclesial independiente es representada por sus obispos. Éstos se reúnen en la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), que es la voz de la Iglesia boliviana. En cambio el Cardenalato es simplemente un grado honorífico, que tiene una única función que es elegir al Papa cuando la edad del investido no ha excedido los 80 años.
Como obispo émerito, el padre Toribio tiene derecho a voz y en algunos casos a votos en la CEB. Eso nada tiene que ver con discriminación ni mucho menos.
El papel que cumplía el cardenal Terrazas, por ejemplo, era más activo
Monseñor Terrazas era más activo porque era arzobispo de Santa Cruz y además era Cardenal, que era un reconocimiento honorífico. Cuando el Cardenal se jubiló como arzobispo se replegó. Un cardenal tiene una función administrativa y de gobierno cuando es obispo, pero cuando es emérito tiene este valor simbólico y representativo del Santo Padre.
Padre, como representante de vocaciones y seminarios, ¿por qué cree que hay cada vez menos religiosos?
Cada vocación es una historia y responde a determinados tiempos. Por ejemplo los sacerdotes de mi tiempo hemos sido movidos por el servicio social de la Iglesia, con la Teología de la Liberación.
El servicio fue el anzuelo inicial. Ya en la formación, que son largos 10 años, hemos ido conociendo nuestra vocación y en la filosofía hemos ido conociendo lo que es ser sacerdote: hombres de Dios en medio de nuestro mundo para servir a Dios y amar a las personas para una mejor sociedad; fortaleciéndonos en este tiempo con felicidad para las renuncias que supone el sacerdocio.
La más fuerte es la vida matrimonial, renunciar a una esposa, a una familia, a los hijos, pues dentro de la filosofía religiosa es la comunidad parroquial la que se convierte en la esposa e hijos. Y cuando ejerces bien tu sacerdocio, seguro que eres feliz.
Cuando me preguntan si volviera a ser cura, yo digo “claro”, porque me he sentido el hombre más feliz del mundo. Yo entré joven a los 17 empecé mi formación y a los 24 ya era sacerdote, ha sido una vida de felicidad plena y eso ha nacido en ejercer mi sacerdocio con amor, pasión, entrega y creatividad, sin esperar nada a cambio, esa es la diferencia de la fuerza del espíritu cristiano porque lo hemos recibido todo del Señor. De mis 25 curas, unos 15 son jóvenes y viven esa alegría, aunque tienen ingresos bajísimos, la media es 1.000 bolivianos por sacerdote al mes. Patacamaya es grande pero están Umala, Callapa y Ulloma, que son parroquias donde no hay ni perrito quien te ladre. Materialmente nadie quisiera ser sacerdote, pero desde su vocación ellos se sienten felices de esta vocación a la Iglesia.
Hay historias y testimonios de curas con familias -esposa, hijos- especialmente en el campo. ¿No tienen asidero?
-Tienen. Hay casos pero gracias a Dios son poquísimos . Estamos hablando en toda Bolivia de 700 sacerdotes diocesanos y habrá de estos casos que más o menos conocemos por referencia unos 50. Eso no debería afectar a los 650 sacerdotes ejemplares; pero lamentablemente es así.
¿Qué hace la Iglesia en esos casos?
Les pedimos que dejen de ejercer el ministerio y les apoyamos para que puedan formarse en otro servicio y puedan responsabilizarse de su familia. Ahora, el sacramento del matrimonio es igualito al sacramento del orden sacerdotal. El divorcio de un esposo equivale a que un sacerdote deje la orden. Y nadie hace tanto lío de los divorcios pero el pobre sacerdote que se divorcia es noticia nacional e internacional.
Pero los sacerdotes tienen una autoridad moral en la sociedad, que deberían preservar
No está bien, en efecto; pero no se dice nada de los otros 650 sacerdotes que nos estamos rompiendo el lomo. No se habla de ellos.
Imagínese, lo último es de Guinnes, esta religiosa en el asilo que ha ido a la cárcel. Qué se dice de miles de monjas que están en hospitales, en psiquiátricos donde nadie va, limpiando las porquerías de nuestros abuelos. Yo he visto monjitas morir atendiendo a la gente y no han sido noticia ni siquiera de una línea, pero una monjita que ha cometido una falta es titular. Eso está mal en el periodismo.
Hay de estos casos (de curas con pareja) y eso es normal. ¿Nos vamos a desmayar de lo que se ha divorciado un esposo? Más bien parece ser lo más normal. Un esposo tiene la misma obligación testimonial, cristiana y misionera que el sacerdote.
Los sacerdotes toman los votos voluntariamente, nadie les obliga a esas renuncias
Sí, nosotros sabemos en qué nos hemos metido, sabemos qué nos espera, como a Cristo, la cruz, esa la tenemos clara. No nos hemos metido para que nos den plata, condecoraciones o títulos, o sonseras que no es como en la vida civil, la Iglesia no es así.
Hay diferentes ministerios, hay tres grados del sacerdocio: diaconado, presbiterado y episcopado. Los tres tienen la misma dignidad y nadie es más que otro.
Pero la función del Cardenal, por ejemplo, es diferente
Y el señor Cardenal tiene este grado honorífico que es sobre estas tres dimensiones y puede elegir al Papa pero nada más. Nuestra voz eclesial oficial es la colegiada, la voz de la Conferencia Episcopal Boliviana, a través de nuestra secretaría. Yo como obispo de la Prelatura de Coro Coro, puedo hablar, pero a nombre de la toda la Iglesia, no puedo.///
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