
Por: Adriana Salvatierra Arriaza *
LAS OPINIONES EXPRESADAS POR LOS COLABORADORES SON PROPIAS Y NO LA OPINIÓN DE KANDIRE
El año 2012, el economista egipcio Samir Amin, desarrolló un interesante debate entre la “farsa democrática” y la “necesidad de reinventar la democracia” planteando cuestionamientos a los principios bajo los cuales se rige la democracia liberal y burguesa. Este debate, propone pensar en la democratización como una mirada integral que no se reduce al simple proceso electoral, sino que incluye todos los aspectos de la vida del ser humano y fundamentalmente el aspecto económico.
“Hablaré aquí de democratización y no de democracia… La democratización, concebida en contrapunto como integral concierne a todos los aspectos de la vida social, incluida por supuesto la gestión de la economía, no puede ser sino un proceso sin final ni fronteras, el producto de las luchas y de la imaginación inventiva del pueblo.”[1]
En Bolivia, desde el 2005, con el Gobierno de Evo Morales, se materializaron un conjunto de transformaciones estructurales del Estado en materia social, política y por supuesto, en materia económica, entre otras; transformaciones que -en un país que ocupaba el 2° puesto entre los países más pobres y desiguales de América Latina- hicieron mayor énfasis en una redistribución más justa de la riqueza y buscaron democratizar la economía.
Respecto, al Modelo Económico Social Comunitario y Productivo desarrollado en Bolivia, es pertinente evaluar algunos indicadores vinculados los pilares mencionados en el párrafo anterior:
· El Producto Interno Bruto creció de $us.- 9.000 millones el 2005 a $us.- 37.000 millones en 2017.
· En los mismos años, la extrema pobreza se redujo de 38,2% al 16,8% (-21,4 puntos) y la pobreza moderada del 60,6% al 38,6% (-22 puntos).
· La desigualdad entre el 10% más rico y el 10% más pobre del país se redujo de 128 veces a 47. (-81 puntos)[2]
· El Salario Mínimo Nacional (SMN) se incrementó de Bs.440 a Bs 2.060 (multiplicándose 4,6 veces)[3]
· Los ingresos medios pasaron de 3,3 millones de personas (35% de la población) al 6,5 millones de personas (el 58% de la población).
Estos indicadores históricos, como otros tantos, reflejan las más profundas transformaciones en materia de redistribución justa de la riqueza y democratización de la economía. Sin embargo, existen medios de comunicación que evaden esta perspectiva y evitan el debate sentenciando: “Evo Morales se sube el sueldo y lo justifican como un beneficio que llegará a los profesionales”.[4] Pero, ¿qué hay detrás de este titular?
1. Quizás no lo recuerden. En 1998, ¡hace 20 años! el salario mínimo nacional apenas alcanzaba los Bs.300, mientras que el salario del Gral. Banzer, en su condición de Presidente, multiplicaba casi 100 veces el mínimo nacional alcanzando Bs. 29.900. Esta diferencia no se redujo significativamente con los siguientes Gobiernos (Jorge Quiroga, Gonzalo Sánchez de Lozada) incluidas las gestiones de Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez en los que la diferencia entre el SMN y el salario presidencial alcanzaba a 61,3 veces.
2. ¿Evo transformó esta situación? Definitivamente sí. Al iniciar su gestión estableció un tope salarial para todos los servidores públicos (incluidos profesionales de alto nivel y docentes universitarios) indexado al salario presidencial de Bs.15.000, mientras que el SMN alcanzó a Bs.500, la diferencia salarial entre el presidente y un trabajador que percibía el mínimo nacional se redujo drásticamente a la mitad. ¿Qué mensaje nos deja esto? Que construir condiciones de equidad entre las personas no es sólo un tránsito continuo y ascendente que va en piloto automático, sino que requiere de voluntad política.
3. ¿Qué sucedió en los últimos 12 años? La brecha de desigualdad continuó disminuyendo al punto que el salario presidencial, si bien alcanza Bs.24.251 (61% más que el 2005), el SMN creció mucho más, alcanzando la suma de Bs.2.060 (400% más que el 2005). Este hecho, es histórico y sin precedentes en la región.
4. Pese a este incremento, el salario presidencial continúa siendo el más bajo de América Latina, tomando en cuenta que el más alto es el de Guatemala con $us.19.300, mientras que el salario mínimo alcanza a $us.394 (49 veces). En Chile, mientras el salario mínimo alcanza a $us.445, el salario del Presidente Sebastián Piñera llega a $us.14.900, (33 veces). En Argentina, Mauricio Macri percibe $us.10.885 mensuales, mientras que el salario mínimo alcanza a $us.435 (25 veces). Esto nos demuestra que Evo Morales no sólo percibe el salario más bajo de la región, sino que además en su proporcionalidad, es el salario comparado con menor desigualdad entre sus pares tomando el cuenta que el salario presidencial en Bolivia es 11 veces el mínimo nacional.
Indiscutiblemente, Evo Morales, comparado con los presidentes de los últimos 20 años en la historia de Bolivia, es quien asumió como tarea primordial la redistribución justa de la riqueza y la democratización de la economía. Esto no sólo es comparable con el pasado, sino también con el presente en relación a otros Estados y otros presidentes. Por tanto Evo no sólo es sinónimo democracia, sino también democratización.
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